lunes, 24 de octubre de 2011

Mara Pastor


Mara Pastor
Sobre árboles y ángeles
Fragmento de El libro de Legna

me soltó madre entre fragmentos de oraciones a la virgen,
escapulario roto, almuerzo quemado en la estufa,
me soltó madre y me trepé a un árbol,
me desgarré de ella,
ella me trozó de sí y se quedó con la herida en el vientre,
madre me hablaba rumores sobre el árbol que yo no entendía,
la vi asomada al vientre del árbol susurrándole secretos ancestrales,
quise oír pero el árbol me abrazó con letras como semillas dulces,
con letras que abrazaban a madre,
tronco calcinado de amor que en átomos escapa,
me besaba y cada beso suyo enmudecía
y de su boca huían lenguas como flores del árbol que yo amaba,
árbol me lamía las heridas de lo que madre dejó caer,
árbol me lamía las heridas pero yo me caía del árbol
y le decía, madre agárrame,
y madre le rezaba a la virgen para que mandase a un ángel por mí,
y yo me agarraba al árbol,
foresta monstruosa y ahuecada como una casa de muñecas que a la vez era telescopio,
madre mandó a las bailarinas de cerámica para que me rescataran,
pero las bailarinas rotas se quedaron para siempre en mi vientre de leña,
madre, le dije, quién es ese ángel que pestañea dentro y que puedo ver por el telescopio,
y madre evitó el tema y comenzó a caer del árbol
y bajó mi vientre de leña a salvarla,
pero madre aún gemía con ruidos mudos que me espantaban
y entonces bajé yo a sostener la letra de madre en su garganta que desgarraba ramas
y entonces me abrazó el vientre de leña y fuimos cicatriz compartida,
hija sin madre, madre sin estufa

ángel que nunca aparece amanece en la tierra
sólo recuerda pensar en los lagos con flores de loto
cuando volaba a salvar un vientre de embrión dormido
plácido siestar de las montañas internas
hay ángeles en nombres de mujeres de fuego
hay un ángel que saborea el semen de la filosofía
ese ángel escupe palabras con placer
porque sabe del tiempo su sueño de átomo
para el ángel nadie es madre ni hija
el ve sólo luz porque no tiene fotones en los ojos
-porque no tiene ojos- lo sensible en el ángel
es su intención de vacío
sólo ve ese cuerpo celeste a la inversa
enamorado de todo lo que cae

legna nace obsesionada con lo inútil
todo era ser hija de la madre
la vigilia acompasada del evento
escribía como si un ángel le dictara experiencia
no acontecida en óvulos vistos en microscopios
hay mujeres en el fuego de los ángeles
mujer pegada al suelo donde habita el futuro
mujer que ve flotar una flor de loto
y un lago par acampar en países lejanos,
ángel que amaneces, no desaparezcas. 

Mara Pastor (Puerto Rico, 1980) Poeta, traductora, editora y yogui. Es autora de los poemarios Alabalacera (Terranova, 2006), El origen de los párpados (Edición de autor, México-Puerto Rico, 2008), Candada por error (edición de autor, México; Atarraya Cartonera, Puerto Rico, 2009) y Poemas para fomentar el turismo (San Juan-México, La secta de los perros, 2011). Es miembro del consejo editorial del Proyecto Literal (Ciudad de México). Actualmente reside en Ciudad de México.http://www.marapastor.com/