lunes, 3 de octubre de 2011

Hugo Garduño


Hugo Garduño


Lluvia lenta

Tardes grises,
con agua fría punzante
           que cae lenta, 
  como serena tortura:
                miro el lodo que deja
           le esquivo
para evitar el contagio.

Miro el presagio, denso
        como cielo ceñudo,
trágico como un gesto eterno,
indiferente como el tiempo.

Ni luz ni tiniebla.
       Se impone el gesto duro
de un cielo que parece
y a veces se harta.

Ni buscar ni mirar,
          ni vivir ni escarbar
en lo terrible, en lo ingrato
que el cielo no otorga.

   El perdón no tiene importancia.
Que no nos penetre la imagen doliente.
        No hace falta a la carne que se duele sola.
Y está sembrada
la angustia en la fibra:
hay una navaja afilada
que navega dentro 
impune.

Ignoro los exteriores 
       ingratos cuando arañan.
No mirar, no pensar, no sentir.
Ojos cerrados para la vida negar un momento.

Y adentro el filo que corta
         para evitar la mirada
    no se puede extinguir.

Invencibles vísceras, se desangran,
                 y la razón, enclenque,
un débil rival.

Hugo Garduño. Nació el 29 de septiembre de 1968, en la Ciudad de México. Poeta,
prosista y ensayista. Ganó mención honorífica en el Concurso Nacional de Poesía
El Laberinto (2005). Ha sido incluido en las antologías poéticas 24 años, 24 poetas
del Tianguis Cultural del Chopo (2004), Descifrar el laberinto (El Laberinto, Verso
Destierro, 2005), y en la antología de poesía y sus editoriales 40 Barcos de Guerra
(2009). También ha publicado en diversas revistas de poesía, como Metáfora: hoja
de poesía, Naufragio, Volante de Pasajeros, Una Theta, Bitácora (Centro Cultural
España y Faro de Oriente), Encuentos Cercanos, Hétera, Deriva, y VersodestierrO. Su
primer libro es Luz parda (2007), editorial VersodestierrO, colección Las Cenizas del
Quemado (ya agotado). Ha participado en algunos encuentros nacionales.